martes, 9 de febrero de 2016

Crónica (personal) de los Goya 2016.

    Todo comienza cambiando un turno en mi trabajo y trastocando el planning de mis compañeros para no perderme ni un segundo de lo que se cuece a 300 kilómetros de distancia. Esa gala que llevo viendo desde niño y a la que llevo soñando asistir desde hace dos décadas pero que es poco probable a la que asista salvo que me matricule en alguna escuela o universidad PRIVADA de cine. Eso sí, sobre el escenario seguro que algunos defenderán la enseñanza pública porque todos en el cine español son muy progresistas… Aunque los nominados que no llevan un traje suficientemente caro tengan que entrar por la puerta de atrás sin ver ni de lejos la alfombra roja…

     Rencores aparte, creo en el cine español sobre todas las cosas así que consigo picotear lo que los nervios me permiten hasta que a las 22 horas, justo antes de la gala, una señorita aparece en pantalla anunciándome que he ganado ocho euros en la primitiva. Mis amigos dicen que es una señal de que Paula Ortiz lo va a petar y eso me pone aún más nervioso… Mis quinielas hechas con la cabeza no lo tienen tan claro.
     
     No podía comenzar peor la gala. Ver a un señor como Pablo Alborán encima del escenario y con un Goya en la mano me recuerda que llevo horas sin ir al  baño así que aprovecho esos minutos para otros menesteres. Se anuncia el segundo premio: música original. Según lo que pase en esta categoría nos haremos una idea de por donde van a ir los tiros. Primer sorpresón de la noche: Umebayashi, presente en la gala, se queda sin premio para sorpresa de todos los presentes y el Goya va para “Nadie quiere la noche”. Primeras caras de póker. No lo he dicho pero la noche del sábado me reuní con los amigos de una de las nominadas a todo, con la más nominada, así que no vamos a ser demasiado imparciales y tampoco tenemos por qué serlo. Hay confianza.
     Burque tampoco sube al escenario. Otro fallo en mis predicciones. Yo que iba de experto goyesco, que la semana anterior todos me preguntaban lo que iba a pasar, yo que me sentía en el podio de expertos en premios de cine español ya llevo tres fallos de tres. ¿Estoy perdiendo facultades?

     Otro premio para “Nadie quiere la noche”. En estos momentos sentencio, firme y creyendo saber de lo que hablo que la pelí de Coixet va a dar el sorpresón del año y preparo a mis amigos para lo peor. No saquéis el cava todavía que llega el premio a la dirección artística.
Primera decepción de la noche. Jesús Bosqued y Pilar Quintana se quedan sin un Goya que gritaré y reivindicaré haya donde haga falta. Si un día llego a ser Presidente de la Academia prometo inventarme un premio solo para ellos y entregárselo con mis propias manos. El trabajo de dirección artística de “La novia” es el mejor en años de cine español, es incuestionable. Porque podrá gustarte o disgustarte el guión, podrán gustarte o no las interpretaciones, pero es un hecho objetivo que la dirección de arte de esta película es de Matrícula de Honor. Aunque también lo fue en “De tu ventana a la mía” y ni siquiera llegaron a estar nominados...
     Nos anuncian que el siguiente premio es el de mejor fotografía. En estos momentos siento que nada va a salir como yo quería, que todo está perdido… Hasta que Aura Garrido nos hace saltar del sofá: Migue Amoedo se lleva un merecidísimo Premio Goya, casi la mayor alegría de la noche. Solo por ver la sonrisa y emoción de Verónika Moral iluminando el patio de butacas ha merecido la pena la espera y los nervios. He de decir que hace unos años tuve la enorme suerte de compartir rodaje con él y doy fe de su impecable profesionalidad y maestría en unas de las disciplinas cinematográficas más complicadas e imprescindibles. Volvemos a estar contentos. ¿Quién dijo que todo está perdido?

     Daniel Guzmán emociona al recibir su Goya a la mejor dirección novel. A mi no, quizás porque su primera película no me ha llegado donde se supone tenía que llegarme, quizás porque era un premio más que cantado. Pero bueno, aguantamos la gala porque aún queda más de la mitad.
El discurso del presidente me parece algo bochornoso, pero eso merecería otro post que no tengo ganas de escribir ahora mismo.
Esperamos ansiosos otro premio importante:el de mejor cortometraje de ficción. Otro zaragozano nominado, otra vez emoción en el salón que se desvanece a favor de “El corredor”, corto que no he visto por lo que no tengo la potestad para comentar. Continuemos.

     Lo de Cámara era tan seguro y estaba tan preparado que aprovecho para volver a picotear algo. ¿Podemos empezar con el postre? Tras el Goya de Honor llega el tiempo de Jorge Blass. Prescindible, largo y hora de mirar el reloj. Llevamos casi dos horas y como esto siga así la gala va a durar seis horas. ¿De verdad es necesario todo esto? Otro Goya cantado es el de Irene Escolar. Os prometo que deseaba mucho este premio pero el discurso me parece el más falso, preparado e impostado de toda la gala. Me recordó al de Kike Maíllo hace algunos años al recibir su premio por “Eva”. Esto me agota. Solo quiero que Irene nos siga regalando papeles como el del “Un otoño sin Berlín”. Los discursos los prefiero de otros.

     Otro plano para Isabel Preysler, gran estrella del cine español y protagonista de la gala.
Atención, ¡ATENCIÓN! Actriz de reparto. Ya no sé qué esperar, esta gala me está descolocando. Los cuatro videos de las nominadas. No puedo más, me va a dar algo. Dos amigos me dan la mano, saben que este momento lo llevo esperando mucho tiempo y estoy temblando. Quién me iba a decir que Hugo Silva me iba a hacer tan feliz… El Goya es para Luisa Gavasa. Maravillosa como pocas actrices, zaragozana, curtida en mil batallas y a la que desgraciadamente hemos tardado demasiado en conocer a pesar de su larga carrera. Paula Ortiz la ha llevado a lo más alto. Reconozco mis reticencias cuando hace muchos años me enteré de que iba a ser una de las protagonistas de la primera película de Paula. ¿Seguro? ¿Dará la talla? Bendita ignorancia… Ahora tengo un fotograma de "De tu ventana a la mía" protagonizado por ella colgado de la pared de mi cuarto. Ahora sueño con poder trabajar con ella algún día y recuerdo como hace cuatro años cree una página de Facebook pidiendo un Goya para Luisa por su primer papel protagonista. Este es sin duda mi momento de la noche, cuando hasta mi madre me escribe un whatsapp felicitándome como si este premio me lo hubiesen dado a mi. Felicidad plena. El Goya es suyo.

     Muchos premios hasta que empieza la recta final, llegan los grandes momentos y Elvira Lindo sale al escnario de nuevo haciendo mención a Isabel Preysler. ¡Basta ya! La protagonista de la gala está siendo una señora analfabeta que seguramente nunca habrá visto una película española, que no ha trabajado, que ha dedicado su vida a cuidarse el cutis e ir a fiestas de la yet set. La Academia debería plantearse cual es el objetivo principal de esta gala. Vale que se quiera buscar repercusión mediática pero esto son unos premios de cine español, unos premios a la cultura que tanto se está revidicando y luego la mayoría de los planos los protagoniza una señora que nada tiene que ver con la cultura. Espero que los organizadores de la gala comiencen a priorizar a quien prefieren tener en la alfombra roja: si a los guionistas que con su esfuerzo y trabajo han llegado hasta allí o a una señora famosa que no ha hecho nada en la vida pero que viste muy bien. En estos momentos siento vergüenza del cine español, yo que lo adoro tanto…

    De nuevo otra sorpresa: el mejor guión adaptado va a Fernando León por “Un día perfecto”. Premio inexplicable y desolación en el salón. Parece que se confirman los peores presagios. Otro premio seguro, el de mejor actriz, se le va de las manos a Inma Cuesta a favor de Natalia de Molina, merecido premio por interpretarse a sí misma pero con menos dinero en la cuenta corriente. La película está bien, pero tampoco creo que tenga el mérito suficiente como para llevarse el premio. La cara de Inma Cuesta no dando crédito a lo que está pasando quedará para el recuerdo.

     Al final homenaje a Buñuel no sé muy bien a cuento de qué y triunfadora de la noche “Truman” de Cesc Gay, una buena película que está muy lejos de ser la mejor del año. Cosas de académicos, supongo…
El cava se queda en la nevera aunque algunos recuerdan que se si hace cinco años nos hubiesen dicho que Paula iba a estar allí, en primera fila y siendo la más nominada nadie se lo habría creído. Yo me voy contento, no ha sido una gran gala pero creo que se ha conseguido mucho. Y al fin y al cabo solo son unos premios...

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