Pocas veces había visto una película que tratara el tema de
las sectas como trama principal, tan solo alguna mención casi cómica en series
de televisión españolas. El método que emplean es conocido por todos: unos
cuantos desaprensivos captan principalmente a jóvenes vulnerables y a poder ser
con posibilidades económicas haciéndoles sentir las personas especiales que
nunca se han sentido, lavándoles el cerebro y apropiándose de sus cuentas
corrientes. En esto se basa la película “Acantilado”, adaptación libre de una
novela de Lucía Etxebarría, estrenada hoy en el 19º Festival de Málaga y llevada
a la gran pantalla por Helena Taberna.
Daniel Grao protagoniza como puede un papel que le viene tan
grande a él como al resto de protagonistas, empezando por una siempre
ininteligible Goya Toledo interpretando a una policía poco creíble y por Juana
Acosta, que tampoco logra el objetivo de convencernos. Tan solo Ingrid García
Jonsson salva al reparto del desastre, que apoyada en su aparencia frágil y
tierna logra introducir al espectador en la película haciéndole partícipe de su
dramática historia.
En la rueda de prensa posterior al primer pase se le ha reprochado a la
directora que la historia de los dos protagonistas no están lo suficientemente
desarrolladas, pero creo que uno de los valores principales de la película es
el de haber escrito una muy buena historia donde no nos hace falta saber más
para meternos de lleno en este gran thriller.
Es por tanto una buena película, muy bien realizada, con una fotografía impecable y con un comienzo arrollador que se queda en la memoria durante todo el día.
Es por tanto una buena película, muy bien realizada, con una fotografía impecable y con un comienzo arrollador que se queda en la memoria durante todo el día.
Sin duda, uno de los mejores carteles del 19º Festival de Málaga |
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