¡Qué cartel más bonito! Eso es lo primero que uno piensa
antes de entrar a ver “Quatretondeta”, estrenada
hoy en el 19º Festival de Málaga y cuyo protagonista nos hace presagiar que
mala seguro que no es. Y es que una
película protagonizada por uno de los mejores y más prolíficos actores que ha
dado este país es sinónimo de calidad y riesgo, de valentía y amor por el cine.
La ópera prima de Pol Rodríguez es una comedia negra sobre
como un viudo intenta enterrar a su difunta esposa donde ella siempre había
deseado, el pueblo de Quatretondeta. Pero una hija a la que no conoce está empeñada
en que descanse en París, por lo que viaja hasta su pueblo natal para realizar
los trámites de repatriación.
Apoyada en unas interpretaciones que probable y
merecidamente serán reconocidas en el palmarés del Festival, la película se
sostiene sobre un Sacristán una vez más portentoso e inmenso y acompañado por
Laia Marull, cuyo personaje de hija abandonada resulta estremecedor y
entrañable.
En forma de road movie y con toques surrealistas al modo “A
dos metros bajo tierra”, Quatretondeta es una comedia muy divertida, con un
excelente trabajo de producción y un acertadísimo casting, pero que peca en la
última media hora de empeñarse en hacer una campaña turística sobre las fiestas
de Moros y Cristianos que lastra el resto del film.
Sacristán, alma de Quatretondeta y del cine español. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario