miércoles, 4 de noviembre de 2015

Espantosa calamidad



     El cine aragonés está viviendo unos buenos años, no dorados pero sí plateados. Tenemos a Ignacio Estaregui que hace un año nos sorprendía con su ópera prima “Justi&Cía”; a Carlos Saura que sigue en activo preparando un nuevo largometraje, esta vez dedicado a la jota;  a Paula Ortiz a punto de estrenar la que para muchos ya es la película española del año; a Pablo Aragüés a dos días de dar a luz su prometedora “Novatos”… Y luego está el curioso caso de Gaizka Urresti. 
Me prometí a mi mismo no ir al cine a ver una película que tan solo con el tráiler ya echaba bastante para atrás. Pero llevo unos cuantos meses que cuanto menos me gusta el tráiler de un largometraje español más me gusta después la película, así que aprovechando la Fiesta del Cine cumplí con la obligación moral de apoyar el cine hecho en casa. 

      Lo que me he encontrado durante los más de 90 minutos de metraje ha sido una absoluta calamidad. Una serie de sketch para contar una historia previsible, aburrida y en la que no he sonreído ni en una sola de las escenas a pesar de etiquetarse como comedia. Con un humor televisivo y facilón, el guión no se sostiene ni a pesar de las dos aceptables interpretaciones de Jorge Asín y Luis Varela. Contiene escenas ridículas como la del tiroteo por el Moncayo o el desenlace en la (supuesta) Catedral de Tarazona, con golpes de humor más propios de los Looney Tunes que de una película española. Y es que lo que perfectamente podría haber sido un buen especial de Oregón TV lo han convertido en un largometraje que, aunque me duela, es malo, muy malo, sin florituras. Si hubiese que ponerle un punto positivo sería el de mantenerme quieto en la butaca con el único objetivo de ver en la gran pantalla a algunos amigos que salen de extras, aunque lo de las tomas falsas del final ya sí que fue superior a mis fuerzas y tuve que huir despavorido.

 
El cartel lo dice todo.
     Soy de los que piensan que para hacer algo mal es mejor no hacerlo. Está claro que algo tendrá el guión para que haya sido multisubvencionado por diversas instituciones aragonesas mientras otros proyectos supuestamente peores se quedaban por el camino. Quizás sea un problema de entendimiento entre Gaizka Urresti y un servidor, porque tampoco he llegado nunca a comprender cómo este director pudo llevarse el Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción por el absurdo e insulso “Abstenerse agencias”. Quizás los mecanismos para conseguir todos estos objetivos se escapen de mi conocimiento. Solo sé que lo único que he sentido con esta película ha sido vergüenza ajena, donde hasta la canción interpretada por la enorme Carmen París chirría y donde hasta el sidecar usado por los protagonistas nos recuerda que este medio de transporte comenzó a hacernos gracia en “Amanece que no es poco” y dejó de hacernos gracia en “Amanece que no es poco”.
     Pongamos una vela por La Novia, por los Novatos, por Nuestro Amantes, por nuestra Ciudad de las Mujeres, por Sanz Briz y su Encrucijada… Por tantos que van a conseguir salvar este año de Cine Aragonés de este esperpento calamitoso.