Un año más, los Goya son historia.

     Y pasó la gran noche del cine español. Casi sin darnos cuenta, en una gala larga y mucho menos reivindicativa de lo que se esperaba. Algunos premios estaban cantados, otros han sorprendido...
Cantado estaba el de la Verdú (y encima se lo ha vuelto a dar Coronado). Y el de Sacristán, que ha recibido el Goya con todo el público en pie. Es el más grande. El que más años lleva y el que sigue en todo lo alto tras cincuenta años de carrera. El primero de, esperemos, muchos más premios Goya.
El gran Trueba se ha ido de vacío. "Lo imposible" se lleva varios premios técnicos y la mejor dirección para un emotivo y apasionado J.A.Bayona.
     Las mayores sorpresas han venido con las interpretaciones de reparto. Candela, mi amada Candela, mi idolatrada hasta las venas Candela ha conseguido su tercer Goya por su pequeño papel en la fantástica "Una pistola en cada mano". Y no solo eso. Encima ha sido la más reivindicativa, la que ha dedicado casi todo su discurso a contar las múltiples dificultades que tiene un español de hoy en día para seguir adelante. La que desde el firmamento de estrellas del cine español ha bajado a la tierra para contar su experiencia personal. Porque aparte de actriz es una española más, que sufre el paro y los recortes, que no va de estrella y que con su humildad seguro se habrá ganado la simpatía de muchos que todavía no la adoraban. Mi premio Goya de esta noche es para ella.

Inesperado, merecido y emocionado Goya para mi amada Candela Peña.

Inesperado también el Goya a Mejor Actor de Reparto para Julián Villagrán. Una pequeña gran película como "De tu ventana a la mía" me lo descubrió y desde entonces mi admiración ha ido en aumento. Justo lo contrario a lo que me pasa con Maribel Verdú...
     "Las aventuras de Tadeo Jones" se ha llevado, entre otros, mi Goya favorito, el de Mejor Dirección Novel, por una película floja y un guión absurdo. Pero que da mucho dinero. ¿Qué es lo que se ha premiado en realidad de esta película? ¿Su calidad o su recaudación?
     La reina de la noche, Concha Velasco, nos sorprendió a todos con un monólogo que jamás habíamos visto en la entrega de un Goya de Honor. Magnífico. Lo prefiero a las lágrimas y las ovaciones interminables. Y no solo eso. Encima canción (desafinada, para variar) y coreografía en su honor.
     Tan estupenda como siempre, Eva Hache ha presentado una gala donde el presidente de la Academia de Cine ha dado un discurso para recordar, y cuyo último premio a la Mejor Película ha sido entregado por un Javier Bardem al que parecía que la fiesta no iba con él, desganado y con mala cara. Quizás se le haya subido Hollywood a la cabeza...
     Finaliza así un año lleno de buenísimas películas, taquilleras y que han llegado al gran público. Más difícil parece que el año que viene se repita este éxito. En mi cabeza ya suenan nominaciones para Coixet, Almodóvar, Sánchez Arévalo... Pero para esto aún falta mucho...